Todos los individuos de esta tortuga que han sido vistos en Asturias eran juveniles ya que , a pesar de que los adultos pueden superar los 150 cm. de longitud y llegar a pesar cerca de 200 Kg., ninguno de los vistos en nuestras aguas superaba los 50 cm.
Es típica de estos quelonios la forma que adoptaron las patas, transformándose en grandes aletas, principalmente las delanteras que utilizan a modo de fuertes remos.
Lo que más llama la atención de esta tortuga es su caparazón, ya que no esta recubierto de escamas, sino de una piel de consistencia correosa, una especie de cuero duro, en la parte superior ( Espaldar ) presenta 7 crestas que lo recorren longitudinalmente, otras 5 lo hacen por la inferior ( Peto ). En el Espaldar y, por debajo de esta piel, su caparazón está formado por gran cantidad de pequeñas `piezas óseas, todas diferentes y de pequeño tamaño, que se unen unas a otras a modo de puzzle con miles de piezas-
IZQUIERDA.- Cráneo de tortuga Laúd adulta, Dermochel coriácea.
La Laúd es la tortuga más grande que existe en la actualidad, ya que se han encontrado individuos de más de 2 metros y 600 Kg. de peso.
En Asturias, es, dentro de las marinas, la que más se ha citado ya que, de un total superior a las 130 citas, unas dos terceras partes se corresponden con esta especie.
DERECHA.- Cráneo de tortuga Boba adulta, Caretta caretta.
Es capaz de realizar grandes migraciones transoceánicas y se supone que las que llegan al Cantábrico son una pequeña cantidad de las nacidas en las costas atlánticas
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